Descripción enviada por el equipo del proyecto. La extensión de la Villa Planta, que dará cabida al Bündner Kunstmuseum, es un ejercicio de integración dentro de un conjunto urbano. A pesar de las limitaciones estrictas de la trama, el diseño se esfuerza por minimizar su volumen exterior invirtiendo el orden lógico del programa. Por lo tanto, se genera un nuevo espacio público que incorpora el jardín que rodea la Villa y se integra con los jardines de los edificios cercanos.
Esta inversión programática consiste en situar los espacios de exposición por debajo del nivel del suelo, de tal manera que el volumen emergente, sobre el nivel de la calle, sólo contenga los espacios de acceso público. La reducción de la huella del volumen hace que sea posible extender el jardín existente y mejora la cohesión del conjunto.
La extensión se entiende como un edificio autónomo, independiente del edificio histórico, a pesar de que los principales esfuerzos del diseño están dirigidos a una reinterpretación de dichos conceptos que permiten un diálogo arquitectónico que se establece entre los dos edificios en una relación clara y coherente que es un continuo entre la Villa Planta y su extensión.
Este diálogo entre los nuevos y los viejos edificios se basa en el equilibrio que existe entre su estructura clásica, una clara referencia a la influencia de Palladio en en Villa Planta, y su ornamentación. En cuanto a su organización espacial, ambos edificios presentan una planta de simetría central y ambos utilizan la geometría como herramienta de cohesión. En la extensión, esta configuración clásica también hace que sea posible simplificar el sistema estructural y la organización de las salas de exposición en los niveles inferiores.
En cuanto al sistema de ornamentación, los ornamentos de la Villa Planta hablan de las influencias orientales de sus orígenes, mientras que en la extensión, el sistema de composición de las fachadas refuerza su expresividad y su autonomía con respecto a la Villa. Cada edificio muestra una identidad propia, sobre la base de principios comunes (estructura y ornamento), para reforzar la idea de un todo.
El proceso de la depuración de elementos superfluos que se inició con los diseños de Piloña y Lausana llega a un punto de madurez en el Museo de los Grisones. En este caso, el diseño despoja de todo lo que no es estructura, construcción y división programática, uniendo solo esto en un solo conjunto.